Malditos complejos que siempre sacan lo peor...


Dieciséis añitos, fiera, me creía el rey del mundo, con mi lema por bandera: "Lo que digan yo no escucho". No había nadie que pudiera lograr que cambiara un poco el rumbo, con mi idea la primera y que no agobiaran mucho. Y así fue, me rebelé contra todo, hasta el Sol, viviendo entonces una distorsión y me enfadé con el mundo. Malditos complejos que siempre sacan lo peor. Pensé "en la fuerza estará lo mejor", me disfracé de uno que no era yo. Buscando esa firmeza llegué a un lugar negró y pensé que eso era el valor. Y sufrí de tal manera por dejar de ser quien era, por pensar que ser cobarde, era ser lo que creyeran. Los valientes son los que son de verdad, ni los fuertes, ni sus guerras. Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta. Y así fue, me rebelé contra todo, hasta el Sol, viviendo entonces una distorsión y me enfadé con el mundo. Malditos complejos que siempre sacan lo peor.  Pensé "en la fuerza estará lo mejor", me disfracé de uno que no era yo. Buscando esa firmeza llegué a un lugar negró y pensé que eso era el valor. El valor es mirarme hoy a la cara y ser quien soy. Y así fue, me rebelé contra todo, hasta el Sol, viviendo entonces una distorsión y me enfadé con el mundo. Malditos complejos que siempre sacan lo peor.  Pensé "en la fuerza estará lo mejor", me disfracé de uno que no era yo. Buscando esa firmeza llegué a un lugar negró y pensé que eso era el valor. Dieciséis añitos, fiera.

16 añitos, Dani Martín.

Bajo el paraguas

Un chico, una chica, dos amigos, un tímido Sol de otoño, las nubes y un paraguas cerrado en un rincón de la clase. Dos sonrisas cómplices y dos corazones, uno entero y otro entregado a la dueña de la segunda sonrisa. Sueños artificiales en el que ambos corazones se unían para siempre, o al menos durante un solo momento.

Suena la campana y ambos salen a la calle, a la vez, sincronizados por la confianza y el paso de los años. Samuel y Lucía se conocen desde los once años, y siempre han confiando el uno en la otra. Hay risas en el camino a casa, como todos los días, pero esta vez es diferente, Samuel conduce a Lucía por callejones intransitados, en vez de ir por el camino de siempre, pero Lucía no se da cuenta. Las nubes cada vez le quitan más espacio al Sol y el cielo se encapota poco a poco. En algún momento del trayecto sus manos se rozan y Lucía, como buena amiga estrecha a Samuel la suya con cariño. No le suelta. Al fin llega el temido momento, no puede alargarlo más, han llegado al sitio más bonito del pueblo, el lago. Lucía no le da importancia, muchas veces habían ido allí al salir de clase.

- Por cierto, Sam, antes de que cuelvas a evadir el tema ¿cuándo piensas decirme quién es tu amor secreto? -pregunta Lucía con una sonrisa.

-Ya te lo dije, cuando ella se de cuenta.

-¿Es de clase? Si, ¿verdad? ¡Ya sé quién es! ¡Es Irene! No dejas de mirarla en clase y ella me contó que está coladita por tus huesos -añade de forma picarona.

-No es a ella a quien miro en clase. No es Irene.

-Pues ya me dirás, porque la única chica que está cerca de Rebeca soy yo y... -sus ojos se abrieron desmesuradamente.

-Creo que es hora de decirlo, ya se ha dado cuenta -interrumpe Samuel-. Se llama Lucía y es la persona más maravillosa del mundo. Todos dicen que es muy rara, pero para mí es simplemente única. Tiene el pelo del mismo color que sus ojos, marrón chocolate. Cocina las mejores magdalenas del universo y cuando se pone a hacerlas está adorable con su delantal de vaquitas. Tiene la cara llena de pecas y eso es lo que más me gusta de ella, porque le hace parecer una muñequita, aunque ella dice que son odiosas y se esfuerza por ocultarlas con maquillaje. No es la más inteligente, ni la más rápida, ni la que más destaca en algo, pero para mi es perfecta, siempre se preocupa por los demás sin esperar a que los demás se preocupen por ella, es la única de todas sus amigas que cuando está cerca de un chico no se pone nerviosa o a decir estupideces. Está enamorada de mi mejor amigo aunque sabe que él nunca se fijará en ella, pero me da lo mismo, quiero que sepa que la adoro con toda mi alma, que para mi es la chica más guapa del mundo y que aunque sé que me va a rechazar no me siento como un completo gilipollas por haberle dicho esto, bueno, ahora sí que creo que soy un completo gilipollas.

Un incómodo silencio se apodera de ambos, al fin se había declarado, pero ahora llega lo peor. Samuel se da cuenta de que mientras hablaba se ha ido acercando poco a poco a Lucía y que ésta no le ha soltado la mano. Empieza a llover, Lucía abre el paraguas y tapa con él a Samuel. ¿Qué le va a decir ahora? Si, está enamorada de David, pero ahora que Samuel le ha dicho todo esto se da cuenta de que también está enamorada de él. Baja el paraguas y el agua fría de octubre les golpea en la cara.

-No eres un completo gilipollas, aunque es cierto que solo a ti se te habría ocurrido decirle esto a una chica que está enamorada de tu mejor amigo. Eres el chico más maravilloso del mundo.

Se fundieron en un beso dulce y apasionado, bajo la fría lluvia de otoño.

En el fondo de su corazón ella llevaba siete años esperando este momento.

Ithilwen <3

Amiga

Los amigos son polifacéticos: hacen de clínex cuando tienes que verter tus lágrimas, de libro de chistes si necesitas reír, de espejo si te hace falta que alguien te diga cómo eres sin temor a herirte, de peluche cuándo quieres algo que abrazar sin riesgo de preguntas, y de almohada todas esas veces en que tienes que apoyarte en algo o te caerás.
Un amigo es eso y mucho más. Un amigo no se puede definir, es como una mancha de pintura que cae al azar sobre tu alma y la tinta de amistad para siempre. Los amigos no se pueden borrar de tu mente como cortas las pulseras que te regalaron: alguna cuenta caerá en tu bolsillo y, el día que la saques, te echarás a llorar y llamarás para reconciliarte.

No sé cuál es el significado de la palabra “amigo” según el diccionario. Y no me voy a molestar en buscarlo. Yo lo sé, lo sé dentro de mí. Lo sé en las horas y horas hablando aun a riesgo de no acabar los deberes, cara a cara, o por el móvil, peligrando el mísero saldo y sin que me importe, o en el ordenador, jugando con la confianza de mis estrictos padres. Porque por un amigo uno lo arriesga todo. Un amigo no es la sensación eufórica que te remueve el cuerpo cuando besas a alguien en la boca. Pero es la tranquilidad, la dulzura del abrazo (virtual o no) que te dan tus amigos en esos momentos en que el dueño de los seductores labios ha decidido cortar contigo y solo un puñado de gente repartida por tu mundo interior puede entender lo mal que te sientes.
Los amigos están contigo. Siempre. Aunque os conozcáis desde que abristeis los ojos al mundo y aprendisteis el significado de la palabra “amor”, de cuando empezaron los deberes y ese niño de clase te hizo enrojecer si estabais juntos o de cuando entrasteis en el laberinto confuso de la juventud y os dieron las primeras charlas de sexo. Los amigos no entienden de tiempo, entienden de dedicación. Los amigos te decepcionan, te quitan las ganas de abrir las puertas de tu corazón a otras personas que no estás seguro de si te volverán a hacer daño. Pero algunos de ellos, los verdaderos, siempre sabrán devolverte la confianza perdida… a veces los amigos de verdad son los que menos importantes parecen.
Hay que dedicarle a vivir la vida doce horas del día. La otra mitad, dedícasela a tu amigo.
Esto es el comienzo de una amistad. Para mí. No sé qué es para ti, no sé si crees que algún día nos conoceremos plenamente (aunque ya tengas un mejor amigo, no me importa, yo también, no quiero sustituir a nadie, ni soy capaz de hacerlo), o que estoy para llenar los huecos aburridos de tus tardes en el MSN. Sinceramente, no me importa. Me importa saber que, para mí, tú te estás volviendo importante, cada vez estás en más momentos que encuentro cuando reviso mis recuerdos. Esto, repito, es solo un pequeño comienzo. Pero he oído por ahí que los pequeños comienzos son los que más grandes sorpresas deparan.

Feliz cumpleaños. Con los mejores deseos para ti, que se cumplan tanto hoy como los mil y un días más que te depara la vida. Con los mejores deseos para nuestra amistad que empieza a crecer, que espero regar tanto como a esa hortensia violeta, dorada y azul que florece en mi ventana cenicienta.

Disfruta hoy y disfruta siempre. Ten muchos regalos, pero sobretodo abrazos, besos y deseos sinceros. Que los malintencionados no te hagan llorar hoy, no, te haré de escudo y solo dejaré pasar pequeñas lucecitas de felicidad que, camufladas en velas de tarta y felicitaciones de cumpleaños, iluminarán tu vida y la harán mejor.

Feliz cumpleaños, amiga. Me doy permiso para llamarte así.
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¿Qué os ha parecido? Pues esto es lo que mi querida Sol me escribió por mi cumpleaños.

MUCHÍSIMAS GRACIAS SOL!

Vuela

Hoy es un día de esos en que solo tengo ganas de llorar y estar a solas. Hoy es uno de esos días raros en que no estoy sonriendo todo el día y alegrándole la vida a los demás. Hoy es uno de esos días en que necesito un hombro en el que sujetarme para no caer al abismo y necesito un abrazo para saber que no estoy sola, porque eso es lo que consiguen los demás con sus mentiras, que me sienta sola en este inmenso océano. Hace mucho que no sonrío de verdad, pero los demás no lo saben, y tú, querida mariposa, vas a guardarme el secreto. Necesito creer que hay cosas que hacen que la vida valga la pena, porque si no temo morir de soledad. Necesito creer que esto pasará y que junto a un nuevo día llegará una nueva alegría, necesito creerlo, pero no puedo hacerlo.

Me gustaría vivir en un mundo en el que tener problemas fuese un 1% de las cosas en las que preocuparse, pero intento creer que estoy donde tengo que estar, que tengo alguna absurda misión en esta mierda de mundo y que tengo que cumplirla para sentirme bien. Dime, ¿sabes tú cuál es tu misión en la vida? ¿Volar siempre? Ojalá fuera esa mi misión, porque quiero volar y alejarme de esas chicas que lo darían todo por conocer a un estúpido famoso que se cree guay y no llega a chachi, de esos chicos que, incluso cuando el balón abultaba más que ellos, jugaban al fútbol hasta caerse del cansancio.

Intento averiguar por qué tú tienes alas y yo no. Intento averiguar por qué el cielo es azul y los árboles son verdes sin tener en cuenta la explicación de esas personas que no saben soñar y creen tener respuestas para todo. Intento construir una máquina del tiempo, pero al igual que el agua él siempre se me escapa de las manos. Intento luchar contra la corriente y no derrumbarme cuando todo se me cae encima, hasta ahora siempre he conseguido sostenerlo pero... Debo de haberme vuelto loca, ¿de verdad le estoy hablando a una mariposa? Anda, vuela e intenta vivir más de dos días. Si lo consigues, vuelve a buscarme, te estaré esperando.